Los 10 errores más comunes al hacer una barbacoa (y cómo evitarlos)

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Uno de los errores más comunes comienza incluso antes de encender el fuego: elegir mal el equipo. Hay distintos tipos de barbacoas —de carbón, de gas, eléctricas o de leña— y cada una tiene sus ventajas y desventajas.

  • Ten en cuenta el número de personas que suelen asistir: una barbacoa pequeña puede quedar corta en reuniones grandes.
  • Si buscas el auténtico sabor ahumado, la barbacoa de carbón o leña es ideal.
  • Para una cocción más controlada y limpia, elige gas.
  • Las eléctricas son útiles en interiores o lugares con restricciones, pero limitan el sabor.

El combustible es la base del sabor. Muchas veces se utiliza carbón barato o leña húmeda, lo que genera humo excesivo, llama inestable o incluso sabores desagradables.

  • Invierte en carbón vegetal natural o briquetas de calidad premium.
  • Usa leña seca de maderas duras como encina, roble o nogal si deseas un toque más ahumado.
  • Evita encendedores líquidos: dejan residuos y alteran el sabor.

Uno de los errores de novato más comunes es no precalentar la parrilla. La carne se pega, no se cocina de manera uniforme y se pierde la caramelización necesaria para un buen sabor.

  • Enciende la parrilla al menos 20-30 minutos antes de cocinar.
  • Asegúrate de que la rejilla esté caliente al tacto y ligeramente humeante.
  • Limpia con un cepillo metálico antes de colocar la carne.

Demasiado calor puede quemar la carne por fuera y dejarla cruda por dentro. Muy poco calor, y tardarás horas.

  • Crea zonas de calor: una parte más caliente para sellar y otra más suave para terminar la cocción.
  • Usa un termómetro de parrilla para mantener entre 150°C y 250°C según el tipo de carne.
  • Aprende a manejar el flujo de aire si usas barbacoa con tapa.

Cocinar salchichas, costillas, pollo y vegetales al mismo tiempo en el mismo punto de calor es una receta para el desastre.

  • Planifica qué va primero según tiempos de cocción.
  • Usa bandejas de aluminio para separar alimentos.
  • Aprovecha las zonas de calor: carnes gruesas al inicio, verduras al final.

Tirar la carne directo del refrigerador a la parrilla, sin sazonar ni atemperar, es otro error frecuente.

  • Saca la carne 30 minutos antes para que tome temperatura ambiente.
  • Sazona con sal gruesa, pimienta y especias al gusto con antelación.
  • Si marinas, deja reposar mínimo una hora (mejor si es toda la noche).

Uno de los fallos más comunes en una barbacoa —y que ocurre tanto con parrillas con tapa como sin ella— es no calcular correctamente los tiempos de cocción de cada alimento. Esto puede llevar a carnes secas, quemadas o, peor aún, mal cocidas por dentro.

  • Investiga los tiempos aproximados de cocción por tipo de carne: por ejemplo, un chuletón puede tardar 10-12 minutos, mientras que una salchicha bien cocida tarda 15.
  • Utiliza un termómetro de carne si puedes: es la forma más precisa de asegurarte de que está al punto.
  • Si no tienes termómetro, practica con el truco del tacto (presionar ligeramente la carne con el dedo) o haz pequeños cortes para verificar el interior.
  • No te fíes solo del color exterior: algunas carnes se doran por fuera muy rápido pero aún están crudas por dentro.

Agregar la salsa BBQ al principio parece una buena idea, pero con el calor intenso puede quemarse y amargar la carne.

  • Aplica las salsas en los últimos 5-10 minutos.
  • Si haces costillas o pollo, considera una primera cocción lenta y luego carameliza la salsa al final.
  • Puedes marinar, pero siempre añade salsas espesas al final.

Después de tanto esfuerzo, muchos se precipitan y cortan la carne recién salida de la parrilla, perdiendo jugos y textura.

  • Deja reposar la carne entre 5 y 10 minutos cubriéndola con papel de aluminio.
  • Esto permite que los jugos se redistribuyan.
  • El resultado: carne más jugosa, sabrosa y tierna.

Una barbacoa sucia no solo afecta el sabor, también puede ser un riesgo para la salud.

  • Limpia las rejillas mientras aún están calientes.
  • Retira la grasa acumulada al terminar.
  • Cubre la barbacoa cuando no la uses para evitar oxidación.

Evitar estos 10 errores no requiere experiencia profesional, solo un poco de previsión y cariño por el arte de asar. Si sigues estos consejos, tus barbacoas pasarán de ser eventos improvisados a experiencias memorables, llenas de sabor, risas y buenos momentos.

Recuerda, una barbacoa no es sólo una forma de cocinar, es una excusa para conectar, compartir y disfrutar. ¡Haz que cada barbacoa sea inolvidable!

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